No toda la innovación es tecnológica, pero la tecnología se ha convertido en una herramienta clave en la transformación de todos los sectores, también la moda. En esta serie, patrocinada por Desigual, Modaes repasa los sistemas, modelos y herramientas que hoy suenan aún a ciencia ficción pero que definirán el futuro del sector.
¿Puede saberse todo de una camiseta o un par de vaqueros? La trazabilidad es el punto de partida de la sostenibilidad: no se puede solucionar un problema que no se sabe que existe, ni presumir de tener un algodón “más sostenible” si no se sabe de dónde viene. Y, sin embargo, la trazabilidad ha concentrado ahora menos esfuerzos en la estrategia de sostenibilidad de las compañías, aunque la legislación podría estar a punto de cambiar la tendencia.
Una de las propuestas de la Estrategia para el Textil de la Comisión Europea que más inquietudes ha despertado en el sector es la que hace referencia al lanzamiento de un Pasaporte Digital, que identifique el origen de la prenda, las materias primas y otros indicadores vinculados a la sostenibilidad como las emisiones de gases de efecto invernadero.
El objetivo de este pasaporte es combatir el greenwashing y asegurar que cada fase de la cadena de valor cumple los estándares que después publicita el distribuidor o que establece la ley.
Sólo el 12% de las empresas comunican alguna información sobre sus proveedores de materia prima.
Hasta el momento, la trazabilidad en el sector se ha centrado fundamentalmente en la confección, y de hecho son muchas las marcas que ya comunican desde hace años su lista de proveedores tier 1 e, incluso, tier 2.
En total, el 50% de las marcas de moda publican poca o ninguna información sobre su cadena de aprovisionamiento y sólo el 12% de las firmas comunican algún tipo de información sobre sus proveedores de materia prima, según un informe de Fashion Revolution.
Cuanto más lejos en la cadena de valor, más complejo es asegurar esa trazabilidad y también más necesario: es difícil rastrear una prenda hasta la materia prima, pero es imprescindible hacerlo si luego la marca apalanca su estrategia sostenible en el uso de algodón orgánico o poliéster reciclado.
El coste, la fiabilidad de los datos o la implementación son algunas de las barreras para el desarrollo de las tecnologías de trazabilidad.
Los pasaportes digitales se basan en un código QR, una etiqueta Rfid o chips NFC o bluetooth, que dan acceso a toda la información sobre un artículo, incluyendo sus materiales, país de origen o el precio de venta sugerido por el fabricante, útil por ejemplo para la venta de segunda mano. La información está almacenada en la nube, a través de un proveedor externo.
Este tipo de sistemas no sólo permiten aumentar la transparencia de cara al cliente, sino que dan a la marca visibilidad de qué ocurre con su producto una vez que sale de la tienda, y facilitan también la recogida de información en relación sobre qué ocurre con esas prendas cuando se convierten en residuos.
Estos sistemas son troncales también para la circularidad, permitiendo a las empresas encargadas de la recogida, clasificación y reciclaje de residuos de información automatizada que generalmente se obtiene de forma manual.
Según explica el informe Industry-Aligned Action Plan: Digital ID to Scale Circular Systems, la clave del proceso es la recogida de datos, que debe seguir un protocolo compartido e interoperable, para que pueda ser usado por toda la cadena de valor sin comprometer la información que está ya introducida.
Los pasaportes digitales se basan en un código QR, una etiqueta Rfid o chips NFC o bluetooth, que dan acceso a toda la información sobre un artículo.