Los viejos geriátricos han pasado de moda o, al menos, tienen los días contados. La entrada de numerosos fondos de inversión extranjeros en España para invertir en residencias de estudiantes ha supuesto también la incursión de nuevos conceptos y necesidades. No todas las personas mayores necesitan la misma atención, algunos ni siquiera la requieren. Por estos factores, han surgido una nueva tendencia de activos que poco tienen que ver con las clásicas residencias de ancianos públicas, que sin duda tampoco desaparecerán.
Estos nuevos conceptos, el sector inmobiliario los ha englobado en torno a un anglicismo, senior living. El primer alojamiento conceptualizado es el de estancias cortas, en el que los jubilados pasan un periodo en centros especializados en rehabilitación después de pasar una enfermedad o una cirugía. Después aparece todos los formatos de senior cohousing, que son viviendas compartidas que se autogestionan.
Pueden ser de dos tipos dependiendo la necesidad de cuidados: independent living y assisted living o care homes: la primera son comunidades para personas que son independientes y solo necesitan cuidados básicos, mientras la segunda cuenta con servicios de cuidado más extensivo y unidades medicalizadas. Estas últimas son para mayores independientes, pero con más necesidades. Por último, el formato más especializado son las residencias de ancianos al uso, con una alta asistencia médica para mayores dependientes.
Según un informe de Fragua by Atlas Real Estate, a estos conceptos habría que añadir una diferenciación más, el país de origen del usuario. En el caso de los demandantes nacionales, buscan “activos localizados en ubicaciones familiares, en áreas consolidadas cercanas a sus municipios, para mantenerse vinculados a su estilo de vida y rutina”. Sin embargo, el público extranjero se decanta por “áreas alejadas de los centros de las ciudades, silenciosas, y con los servicios necesarios para cumplir sus expectativas del día a día”.
Por esta razón, los jubilados españoles buscan ciudades como Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla o Málaga; mientras que los extranjeros que persiguen un retiro dorado en España se decantan más por la Costa del Sol, Costa Blanca, Costa Dorada, las Islas Baleares y las Islas Canarias.
Un modelo para cada edad
El sector inmobiliario ha preparado ya un modelo de alojamiento para cada edad y necesidad. Todo empieza a los 65 años, donde aparecen las primeras viviendas en comunidad, con servicios y comodidades adaptados a sus gustos y necesidades; pero el inquilino es independiente y goza de buena salud.
A partir de los 75 años entran en juego las care homes, que son también viviendas independientes como las anteriores, pero en las que se ofrecen algunos cuidados para hacer más cómoda la vida del residente: preparación de comidas, ayuda en las tareas del hogar, algún cuidado clínico, etc. También cuidados médicos básicos como enfermería o doctor.
Una vez se cumple, los 85 años, se presupone que ya la vida de una forma independiente se complica, por lo que se ponen al servicio las residencias tradicionales, con cuidados y vigilancia continuada. Estos activos serían más modernos que los tradicionales que han existido en España y con una gestión especializada.
Modelos ya en marcha
En España hay ya varios modelos de senior living moderno en marcha. En Madrid, un grupo de jubilados han puesto en marcha un resort de la tercera edad, Jubilar Villa Rosita. Esta urbanización será un senior cohousing en el que se construirán 29 unidades residenciales, con comedor, salas de actividades y habitaciones de invitados. En él, los socios hacen una aportación dineraria y a cambio reciben el derecho de uso vitalicio de su apartamento. Una vez fallecen entra un nuevo socio y la familia del jubilado recupera la inversión, pero la propiedad de toda la urbanización es de la cooperativa y los cooperativistas.
Sin salirse de la capital, el próximo año se inaugurará Las Arcadias El Encinar. Este complejo contará con apartamentos de una y dos habitaciones para mayores. Dispondrán entre los servicios asociados de restaurante, bar inglés, gimnasio, capilla, jardines, terraza, enfermería, sala de juegos, sala de televisión, peluquería estética y piscina interior y exterior. Según informa la compañía, se trata de «una fórmula residencial que permita a los mayores seguir viviendo con independencia y dignidad, en su propio apartamento, que pueden decorar con sus muebles y a su gusto».
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